Idea del hombre

La esencia del hombre la había buscado la filosofía anterior, especialmente la moderna, de manera puramente interior al individuo. En función de la autoconciencia ósea abstracta. En lugar de buscar la esencia del hombre como determinación interior, Marx la busca entonces en las relaciones “exteriores” que cada hombre mantiene con la naturaleza y con los otros hombres en el conjunto de sus relaciones sociales, con el mundo del hombre. Y esas relaciones, sociedad y naturaleza Marx no las piensa como algo estático, como objetos de pura contemplación, sino como realizaciones del mismo hombre, como creaciones suyas, e históricamente cambiantes, de tal manera que se da un juego reciproco de individuo y sociedad, en el que ambos se constituyen. Dicho de otra manera Marx ve al hombre como el ente que se produce. Y ese acto auto generador del hombre es el trabajo: “el trabajo es el acto de autoproducción del hombre”. El trabajo es la relación real del hombre con las cosas mismas, con la naturaleza y con los demás hombres, praxis histórico-social.
El trabajo constituye entonces la esencia del hombre, es el medio para su realización y para el desarrollo completo de sus posibilidades, para su satisfacción y para su felicidad. El trabajo es la traducción en realidad objetiva de lo que por lo pronto es solo una representación. Entonces el proceso de autoproducción del hombre mediante el trabajo es así un proceso dialectico: un salir de si del hombre, una exteriorización suya en la naturaleza, esto es, el trabajo significa una humanización de la naturaleza, por que en ella el hombre va dejando su huella, su impronta, sus ideas, es decir, en definitiva, su propia esencia. Por eso en el trabajo el hombre es hombre por que allí se afirma o acredita como lo que es según su esencia; muestra su ser.
Por eso el verdadero trabajo esto es, plenamente conforme a su esencia, es el que se realiza al liberarse de la necesidad orgánica, el trabajo libre. De modo que el trabajo no debe reducirse a la mera actividad”económica, a simple medio para mantener la vida orgánica, sino que es, por el contrario, en su forma plena, actividad libre y consciente como desarrollo del “ser genérico”. Pero si, en cambio, el trabajo se rebaja a mero medio para la vida, la esencia del hombre se invierte, el hombre se aliena.